Hay algo en el sufrimiento infantil que a la gente le resulta insoportable, perturbador, enfermizo. ¿Qué hay en ellas que nos angustia tanto?
Cuando vemos a un niño sufrir se activa en nosotros una norma muy arraigada en nuestra moral más profunda que nos dice que un niño, siendo inocente de toda culpa o pecado, no merece recibir ningún castigo, por lo tanto que sufra es una crueldad que nos obliga a dudar de la justicia divina, desajustándose asà los cimientos más básicos de nuestro sistema de valores: culpable -> castigo.
En estos trabajos abordo el tema desde la experiencia propia, hablando del dolor que conozco y que he tenido la oportunidad de experimentar. En este momento me sentà más cómoda trabajando, pues hablaba de algo que realmente tenÃa un contenido vivo y significativo para mÃ, hablaba de algo que conocÃa muy bien, y al explicarlo desde mi vivencia, quizá asà era más probable que llegara más fácilmente a otras personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario