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martes, 22 de mayo de 2012

Childhood

Óleo sobre tela, 46x38cm
2012


Freckled girls (d'après Fritz Liedtke)








Serie de dibujos y grabados basados en las fotografías del álbum Astra Velum del artista fotógrafo y grabador Fritz Liedtke.

Cuando descubrí su obra al instante me interesé mucho por ella. Las niñas que aparecían en sus fotografías tenían algo especial, en sus ojos, en su físico, transmitían una belleza agradable pero extremadamente frágil. Comencé a dibujarlas para intentar captar esa belleza especial que veía en ellas. Así he podido abordar y experimentar las imágenes infantiles desde otro punto de vista, cambiando el tono del discurso. Seguía manteniéndome en la línea de las figuras infantiles y la fragilidad, pero transmitidos a través de imágenes agradables, dejando de lado las imágenes de dolor y enfermedad. El hecho de que fueran agradables me atrae especialmente porque las cuatro niñas que escogí para dibujar tienen una mirada peculiar, bella pero compleja, profunda, seria, que oculta algo y así hacen chirriar esa sensación amable que de entrada emiten.
Precisamente quise jugar con sus miradas a la hora de estampar las planchas de grabado: los ojos, en las fotografías, son la zona más brillante, más iluminada, lo que refuerza la bondad de sus rostros. Para invertir esa sensación convertí la parte más brillante en la más oscura, ensombreciendo más la zona de los ojos y así acentuando esa sensación de inquietud, de que algo extraño se esconde detrás. Para terminar de intensificar esta faceta más sombría les añadí un fondo de luces y sombras abstractas, jugando con volúmenes aleatorios que, al observarlos, pudieran dar pie a ver formas fantasmagóricas que envuelven e impregnan a las niñas de un aura turbadora, todo esto siempre desde la sutileza, sin utilizar imágenes o referencias explícitas. Otro enfoque distinto.


miércoles, 16 de mayo de 2012

Fragilidad


Este dibujo habla de la experiencia de la fragilidad en tanto que nuestra vida siempre permanece a merced de las circunstancias, y que por lo tanto la enfermedad y el dolor no hace distinciones entre niños y adultos, aunque demos por hecho a menudo que los niños están más protegidos o "sanos" que los adultos o que ellos no deberían sufrir el dolor del padecimiento.

El sometimiento a las herramientas quirúrgicas a las que confiamos nuestra salud para que arreglen aquello que nos ha fallado nos recuerda que nuestros cuerpos no son más que máquinas que pueden estropearse.


Autorretrato


"Yo sé que existen ojos melancólicos, fríos,
Que no guardaron nunca ni secretos ni anhelos;
como estuches sin joyas, relicarios vacíos,
¡vacíos y profundos como los mismos cielos!"


Charles Baudelaire, 1860

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 Hay algo en el sufrimiento infantil que a la gente le resulta insoportable, perturbador, enfermizo. ¿Qué hay en ellas que nos angustia tanto?
Cuando vemos a un niño sufrir se activa en nosotros una norma muy arraigada en nuestra moral más profunda que nos dice que un niño, siendo inocente de toda culpa o pecado, no merece recibir ningún castigo, por lo tanto que sufra es una crueldad que nos obliga a dudar de la justicia divina, desajustándose así los cimientos más básicos de nuestro sistema de valores: culpable -> castigo.

En estos trabajos abordo el tema desde la experiencia propia, hablando del dolor que conozco y que he tenido la oportunidad de experimentar. En este momento me sentí más cómoda trabajando, pues hablaba de algo que realmente tenía un contenido vivo y significativo para mí, hablaba de algo que conocía muy bien, y al explicarlo desde mi vivencia, quizá así era más probable que llegara más fácilmente a otras personas.